miércoles, 12 de noviembre de 2008

Poesía contra el maltrato de la mujer

Lluvia fría, todo huele a desdicha.
Tras el cristal de mi ventana con la mirada perdida,
todo me da igual, no me apetece nada,
solo que pasen las horas sin darme cuenta,
sin sentirlas, sin vivirlas.

Esto debe ser morir, pienso,
esto es no vivir sin morir.
Y todo por un amor,
por una traición que la vida me hace,
por un dolor que me punzona en el corazón,
como espina de rosa negra.
Por creer palabras necias y envenenadas,
por no hacerme caso a mi misma.
Por miedo, por mis hijos... por mis cegueras aceptadas.
Por los golpes que me da,
por que lo hace por que me quiere... mas cegueras aceptadas.
Me duele y no lo puedo remediar,
no lo quiero remediar,
le quiero, pero no lo quiero,
le odio, pero no lo odio,
no me quiere, pero me quiere... se que cambiara... mi ceguera total.
Lluvia fría, todo huele a desdicha.
Tras el cristal de mi ventana con la mirada perdida,
todo me da igual, no me apetece nada,
solo que pasen las horas sin darme cuenta,
sin sentirlas, sin vivirlas.

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